El día que decides pasar de todo y abandonar la batalla , duele. Es el peor de los días. El día que decides empezar de cero te sientes incapaz de enfrentarte a lo desconocido. Pero ese día, sabes que todo ha terminado. Ya no hay miedos, no hay quizás, no hay marcha atrás, ya no hay más. Lo peor que te podía pasar ya te ha pasado. Lo demás esta por venir. No va a ser fácil, no va a ser bonito, pero al menos, ya no puede ser peor.